lunes, 3 de marzo de 2014

Agujero de 280 millones en el AVE andaluz de Antequera



La Junta de Andalucía tenía proyectado en la década pasada un faraónico proyecto denominado “Eje Ferroviario Transversal de Andalucía” que pretendía unir por alta velocidad las provincias de Huelva, Sevilla, Málaga y Almería. ¿El presupuesto? Una nimiedad: 1.337 millones de euros. Estado de la obra a principios de 2014: prácticamente nulo.

En todos estos años transcurridos, apenas se ha logrado construir la plataforma sin superestructura -vías y catenaria- ni señalización en el tramo Marchena-Antequera. Y no hay dinero para más. Pero el problema es más grave porque el Banco Europeo de Inversiones (BEI) aportó 180 millones y quiere ver resultados de su inversión y si no se lleva a cabo la finalización y puesta en servicio de la obra, la Junta no tendrá más remedio que devolver el dinero ingresado. ¿Nos escandalizábamos del aeropuerto sin aviones de Castellón? Pues aquí tenemos una vía de tren sin trenes… y sin raíles. Y bastante más caro, por cierto.


Ahora, la Consejería de Fomento del Gobierno andaluz, dirigida por Elena Cortés -IU-, quiere llegar a una solución con la Secretaría de Infraestructuras del Ministerio de Fomento y con Adif y endosarle el muerto. ¿Cómo? Pues aprovechando otra obra proyectada por la hace años Ministra de Fomento, la malagueña Magdalena Álvarez y que tampoco ha tenido mucho éxito: el anillo ferroviario de Antequera.

Ésta obra, pendiente también de ejecución desde 2011, constaba de 50 kilómetros y quería ser el mayor campo mundial de pruebas de la alta velocidad. Con un presupuesto de 366 millones de euros, un tercio de la financiación debería corresponder a operadores privados. Pero el concurso de Fomento pidiendo propuestas ha quedado desierto y ahora debe ser licitado de nuevo. Adif ya ha indicado que si el sector privado no lo ve viable, el proyecto no se acometerá.


La recién llegada Susana Díaz ha propuesto al Ministerio aprovechar los 70 kilómetros construidos de plataforma para construir ese banco de pruebas y que la Administración Central cargue con el mochuelo de los 280 millones que se deben entre fondos propios y financiación del BEI donde, curiosidades de la vida, Magdalena Álvarez es vicepresidenta.


Esperemos que ADIF, que ya tiene una deuda de 14.000 millones de euros, no trague en esta ocasión. 

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