Corría el año 2006,
en plena euforia económica, cuando el entonces consejero de Fomento, Miguel
Ángel Revilla, impulsó una obra que “supondría el cambio hacia la prosperidad
del litoral de Cantabria”: la nueva marina de Laredo.
Tras seis años de
obras en 2011 se inauguró por todo lo alto el nuevo puerto, con una lámina de
agua de 165.000
metros cuadrados y 857 amarres entre flota pesquera y
embarcaciones de recreo. La inversión fue de 77 millones de euros, de los que
47 corrieron a cargo de la sociedad pública Puertos de Cantabria, y la gestión
se adjudicó durante 35 años a las empresas FCC y Asacan.
Hoy, diez años
después de iniciarse el proyecto y pasados cinco desde su inauguración, la
marina de Laredo se ha quedado sin gestores al verse obligadas las empresas a
abandonar el proyecto náutico pesquero forzadas por un concurso de acreedores.
¿El motivo? Pues tras casi cinco años desde su inauguración, apenas se han
comercializado 100 amares de los 857 disponibles. ¡Ruina total!
Pero no se
preocupen porque esta obra faraónica no cerrará: el Presidente de la Comunidad Autónoma
de Cantabria garantiza su continuidad y, a partir de ahora, será gestionada por
el Gobierno de Cantabria. ¿Adivinan quien ha hecho el anuncio? Pues el actual
Presidente, Miguel Ángel Revilla.
Desde hoy mismo,
los contribuyentes cántabros (y por extensión todos los españoles), deberán
pagar una indemnización al anterior gestor de alrededor de 40 millones de euros
(47 cuando lo construyeron y 40 ahora suman 87, ¡más de lo que costó!)
para, posteriormente, vía presupuestos
autonómicos, pagar los déficit anuales que, a buen seguro, continuará
generando.
Con su habitual
verborrea y chulería, Miguel Ángel Revilla ha afirmado que “Laredo es una de
las inversiones importantes en el futuro; un factor de desarrollo
impresionante. Esto no es un aeropuerto en Castellón”. Pues es verdad. Tiene
razón Don Miguel Ángel: en la marina de Laredo no pueden aterrizar aviones ni
en el aeropuerto de Castellón amarrar barcos. En el resto, no le veo
diferencia alguna.
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