martes, 25 de febrero de 2014

Sobresueldos, derroches y lujos en RTVE



RTVE hace muchos, muchísimos años que es un organismo deficitario que tenemos que subvencionar entre todos los españoles. Trabajando con los datos económicos del año 2010 y 2011, que son los que acaba de auditar el Tribunal de Cuentas (como pueden comprobar, van al día), a pesar de recibir más de 1.200 millones anuales de los presupuestos del estado, continuó contabilizando pérdidas.

Zapatero creyó encontrar la piedra filosofal cuando pactó con las televisiones privadas y los operadores de servicios multimedia la supresión de la publicidad en el organismo público a cambio de que éstos pagasen suculentas tasas que sufragasen los gastos del ente. Pasados unos años, continuamos destinando parte del presupuesto nacional a la televisión pública, las privadas ganan mucho más dinero que antes al no tener competencia en el mercado de la publicidad y los ciudadanos sólo hemos conseguido una ventaja: que las películas no tengan interrupciones publicitarias, ni siquiera una, que siempre viene bien para ir al baño. Una televisión “Premium” que nos cuesta un dineral.

¿Por qué siempre pierde dinero? Pues ya se sabe que como lo público es de todos, parece que el dinero que se gasta no sea de nadie, pero es que, además, el derroche, los lujos y los sobresueldos siguen campando a sus anchas. Según el informe de Fiscalización de la Corporación RTVE y sus sociedades, en los años 2010 y 2011 la cadena pública "incumplió" la normativa de contratación y del abono de gastos no contemplados en algunos contratos de sus empleados. Así, las dietas de los empleados no están justificadas ni autorizadas; los corresponsales se alojan en hoteles de cuatro y cinco estrellas cuando está estipulado que como máximo sean de tres; se contrata personal en las corresponsalías sin autorización del departamento de recursos humanos; se pagan gratificaciones en los rodajes sin estar presupuestados; siempre se desplazan en taxi cuando existen convenios con algunas empresas de transporte y se contrata a productoras externas, día sí y día también, sin ningún control y con escasa justificación de los gastos pagados.


Pero lo más escandaloso llega cuando hablamos sus dirigentes. En el año 2010, con Alberto Oliatt como Presidente, el departamento de recursos Humanos tomó la decisión de reducir entre un 5% y un 15% el número de directivos de la Corporación. Al finalizar 2011, RTVE contaba con 238 directivos, sólo un 3% menos.

También se tomó la decisión de introducir unas retribuciones variables de hasta el 20% de la cantidad fija anual según el cumplimiento de los objetivos generales. Según RTVE, el grado de cumplimiento de los objetivos en 2010 fue del 70%. ¿Resultado? Les pareció suficiente y acordaron retribuciones variables de entre el 16% y el 20%. Un año después, en 2011, la cadena pública perdió 47,1 millones de euros. Tampoco les pareció mal el resultado y volvieron a aprobar variables de entre el 15% y el 20%. ¿Qué tiene que pasar para que reconozcan que no han cumplido sus objetivos?

Multipliquen todas estas cifras por las decenas de televisiones (y radios) públicas que tenemos en España y puede que lleguen a la misma conclusión que un servidor: ¡que las cierren ya!


1 comentario:

  1. que las cierren,no es desinformación,manipulación,lavados de cerebro y adoctrinamiento lo que necesitamos...y que dejen al pueblo tener sus espacios culturales

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