A pesar de que las subvenciones
estatales a los partidos políticos con representación parlamentaria se han
visto reducidas en un 40% desde el año 2011, todavía nos cuestan a los
españoles la friolera de 52,7 millones de euros anuales.
Este pastizal se reparte en
función de los escaños que ostenta cada partido político. El PP, con mayoría
absoluta en la cámara, se lleva algo más de 24 millones de euros, el PSOE unos
16, IU 2,5 al igual que CiU, UPyD
sobre 2 y así hasta llegar hasta los proetarras de Amaiur que se embolsan
850.000 euros anuales. En fin, un
auténtico escándalo, al menos bajo mi punto de vista.
Pero la cosa tiene más miga de
lo que parece. Incluidas en estas subvenciones, la Administración ideó
en su día una partida destinada a cubrir gastos de seguridad de los partidos
políticos. Esta medida iba destinada, sobre todo, para ayudar a las formaciones
políticas a protegerse de la banda terrorista ETA. Pues bien, Amaiur, los
herederos de la ilegalizada Batasuna, recibirá este año más de 44.000 euros
para protegerse de sus protegidos, o sea, de ETA.
Estarán obligados a
concedérselos por ley pero ¡bonita forma de despilfarrar el dinero! Ya están
tardando en cambiar la dichosa ley. O mejor, que la eliminen del todo y que
quiten la subvención a todos los partidos, sean del color que sean.
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